Las mentes grandes hablan de ideas.
Las mentes medianas hablan de eventos.
Las mentes pequeñas hablan de los demás.
Eleanor Roosevelt
Hoy quería utilizar la cita del principio para negarla.
Así soy de rebelde.
Si he de ser sincero (y no veo por qué no), yo mismo, durante la mayoría de mi vida, he pensado como la señora Roosevelt en el momento de decir esto (a saber si cambió de opinión más tarde), y he aplicado un criterio similar como principio de“medidor de mentes” de una manera que ahora considero un poco estúpida.
Hablar de ideas siempre me ha resultado sencillo. Las ideas son abstractas, ajenas, seguras, higiénicas…
Ojo, lo que pongo en duda no es el hecho de hablar de ideas, sino de sólo hablar de ideas. Probablemente no hablar nunca de ideas y sólo de los demás sí que se a lo que se refería E. R., sólo el cotilleo es una mierda.
Pero es que sólo hablar de ideas, o de eventos, de datos, es lo fácil. Se puede hacer con cualquiera. Se puede hacer siendo cualquiera.
Saber cosas, conocer información disponible para todos, es algo fácil. Basta con mirarlo en libros o wikipedia o vídeos de YouTube a 2x, pero abrise en canal a uno mismo y diseccionarse, y luego exponer tu corazón como un sacerdote mexica en lo alto de una pirámide… Cojones.
Ser sincero sobre los procesos internos, sean buenos, malos, o ninguna de las anteriores… ahí está el mihura, al menos para mí.
Dicho esto, incluso en el campo de la ideas y los eventos y las cosas sólidas, tampoco es que me venga sintiendo tan cómodo. De hecho, de un tiempo para aquí me equivoco bastante, en general. No es que antes me equivocase cero, pero, o no era tan común o no me daba yo cuenta, y no sé qué es peor.
Desde luego que me cuesta más procesar un pensamiento completo, y sólo me doy cuenta a posteriori. ¿Alguien más? ¿Montamos un colectivo de idiotizados por la pandemia? ¿O quizá sea por los móviles y las redes sociales?
Es cierto que durante un par de añitos me he apartado voluntariamente de prensa, política, debates, etc., que siempre me hna interesado, y no sé si se me ha quedado el cerebro un poco más pequeño.
La buena de Eleonor no especificó si para tener una mente grande había que hablar de ideas con corrección, o si bastaba con hablar de ellas. Siempre hay hueco para la salvación.
En fin, en otro tema, quería anunciar una noticia que me hace bastante ilusión. Empecé escribiendo esto como una especie de diario personal público. Ahora ya somos cien lectores, y espero que siga creciendo.
De hecho, si os gusta, me haríais un favor reenviándolo a lectores potenciales o compartiéndolo en redes, por mucho que nos empequeñezcan las mentes, un entrar, compartir e irse.
Para celebrar ser ya cien lectores (y ganar algo de dinero con ello, que da trabajo y quiero que siempre sea gratis), he creado una tienda online, llamada la Tiendipori (enlace aquí), donde podéis comprar todo tipo de merchandising aliporiano, desde camisetas hasta bañadores sorprendentemente caros, pasando por pegatinas y tazas para beberos un café o un té o un ron cola.
Si el precio fuese demasiado, o simplemente no os apetece tener más cosas, también he montado esta página de Ko-fi (enlace aquí), en la que se pueden hacer donaciones (a diferencia de las mentes eleanorooseveltianas, no hay donación pequeña) para mantener el Alipori a flote, o para que me compre un café en vuestro honor mientras escribo el próximo jueves por la mañana el siguiente.
En cualquier caso, tienda o café o nada, muchas gracias por leer, que ya es bastante.
Los fantasmas existen (pero depende de dónde)
Lleva unos años de moda el multiverso. Ya sólo falta que Pepsi tenga un multiverso propio, con la P-Rex, el refresco dinosaurio.
Pero toda esta idea del multiverso, ahora parte del ideario pop, viene de un avance de la ciencia que aún me parece, en gran medida, incomprensible.
Las partículas (la vida, lo material) existen en una nube de posibilidades, y sólo al observarlas, se concretan en una de esas posibilidades. Como una tómbola. Todas las otras opciones, o bolitas, que no se concretaron en esta realidad generarían, por cada opción posible, un universo paralelo, creo, con P-rex y murciélagos bebibles y piscinas de maíz a la parrilla.
De esto lo que me interesa no es el multiverso, sino la idea de que es la observación de un fenómeno lo que lo materializa. Aquella famosa frase que decía “Si un árbol cae en un bosque y nadie está cerca para oírlo, ¿hace algún sonido?”, llevada al extremo. Tenía mucha más complejidad esa frase de la que soprechaba la propia persona que la dijo, imagino.
Partiendo de esa idea, me pregunté si hay diferencia entre una observación con los sentidos o una observación sólo conceptual, imaginada. ¿Es posible que un concepto compartido, observado por muchas mentes, exista?
Por ejemplo, ¿no altera todos nuestros comportamientos la idea de Papá Noel, aunque (espero que esto no lo lea ningún niño) no exista físicamente? ¿Es posible que en los sitios, como puede ser Tailandia, donde la creencia en los espíritus es tan fuerte, estos espíritus, de alguna forma, existan?
¿Tenía razón Nietzsche con eso de que matamos a dios si ya no afecta demasiado a nuestras vidas?
El Literapori: Libro recomendado de la semana
Hoy quería recomendar un clásico, un libro que es difícil que no guste: Tokio Blues (Norwegian Wood), de Haruki Murakami. (Aquí, versión ebook).
Aunque Murakami últimamente sufre ahora del mismo síndrome que Wes Anderson o Anthony Kiedis, el síndrome de Agatha Ruiz de la Prada, en el que un artista descubre un estilo único y ya sólo se plagia a sí mismo hasta que se hace viejo y le importa menos todo y vuelve a hacer maravillas, en este libro estaba en plena forma.
Es de sus libros más cortos, de los menos oníricos, quizá de los menos murakamianos. Es una historia de amor entre dos jóvenes en el Tokio agitado de los 70, que recuerdo leer con una sensación medio de sinestesia, de estar ahí oliendo el césped, sintiendo las sábanas.
Al final es de lo que va contar historias, creo, de convencer al que la lee/oye/ve de que es o puede ser parte de ellas. Y en eso, Murakami, especialmente aquí, es un maestro.
Los 40 Principaliporis: Música recomendada de la semana
Hoy, en los 40 Principaliporis, quería recomendar algo que imagino que es sorprendente para el que me conozca o haya seguido algo el Alipori con anterioridad.
Llevo, desde que Blanca me explicó la historia de esta canción, obsesionándome con ella durante cortos periodos de tiempo y olvidándola de nuevo.
Y es que la música ni siquiera me gusta demasiado, pero la letra me parece tan bestia que no puedo evitar que se me quede pegada. Difícil explicar una desaparición de alguien de tu vida mejor como pérdida de potencial, futuro, etc…
“Tenía tantas cosas que contarte.”
Para compensar, voy a recomendar un par de cosas muy hipster, no vaya a ser.
Un concierto de música espacial, medio ambiental, en una vieja iglesia de Londres:
Y una versión tailandesa de una samba brasileña, mientras conducen por una carretera tropical en una escena de la peli Blissfully Yours:
¡Adiós!
¡Gracias por leer!
Recordad suscribir a todos vuestros conocidos, amigos, e incluso enemigos para que así les llegue un mail que no quieren y se pregunten qué han hecho para merecer semejante castigo, y que de repente lo empiecen a leer y les vaya gustando y se vuelvan fans y te agradezcan la recomendación y os hagáis amigos y te quedes sin enemigos, lo cual es claramente mejor.
Todo por un sub gratuito. Qué mundo este tan fácil el del siglo XXI.
Para los recién llegados o el que los quiera repasar, los antiguos Aliporis están disponibles aquí.
Podéis comprar merchandising del Alipori en el Tiendipori aquí, o invitarme a un café o hacer una donación de la cantidad que os de la gana para mantener esto en marcha aquí.
Como diría el gran poeta M.: “Un abrazo a quien quiera recibirlo. Gracias.”
¡Hasta pronto!