El Alipori #61 - Correo Semanal de Alfonso Portabales
En 1961, más concretamente el 12 de abril, Yuri Gagarin, el pequeño cosmonauta soviético, se convierte en el primer ser humano en viajar al espacio exterior.
El correcto entendimiento de un asunto y una incomprensión de éste no se excluyen mutuamente.
El proceso - Franz Kafka
Cada día más, me enquijoto y pienso que los molinos eran, efectivamente, gigantes, y Dulcinea una belleza, y las ovejas o las cabras un ejército en plena carga.
Y es que quizá el mal que criticaba el Quijote al enquijotarse era el de la repetición, el de no pensar, el del peso de lo cotidiano. El de todas esas cosas que son, y son así y no hay más, y que le vuelven a uno loco, porque podrían ser mucho mejores.
Cada vez más empatizo con ese personaje de El proceso de Kafka, atrapado en una burocracia y en unos sistemas complejos e interdependientes que eran absurdos, un teatrillo de gente queriéndose importante y ocupada.
Un sistema que el protagonista puede entender, pero no comprender.
¿No pasa esto con millares de cosas en la vida?
Tantas cosas importantes son incomprensibles realmente. ¿Por qué crece un árbol de una semillita? ¿Y el humano de cuatro células mal puestas? ¿Por qué después deteriora y se muere y no es como el fuego o el aire o el vacío? ¿Para qué piensa? ¿Por qué hay sabores? ¿Y fresas? ¿Y riñones? ¿Hace falta realmente que el corazón lata o podríamos ni siquiera tener células, ser un ente completo que no necesita de su entorno? (Aunque supongo que en eso está la clave de por qué es tan sabroso ser humano, porque somos débiles y puro entorno y, efectivamente, hay fresas.)
Incluso los otros, uno mismo, las aceras que a saber quién coño las ha puesto y las ha pisado, todo es, en cierto modo, incomprensible.
Pero he de admitir que lo que me ha llevado a esta chapa sobre lo kafkiano y lo incomprensible (soy consciente de que la palabra kafkiano se dice tantas veces de forma tan inexacta que ya ha perdido gran parte de su carga de significado; quizá lo cervantino igual) es algo bastante más nimio, y es que hemos llegado a un punto con la casa en el que es posible que por hacer las cosas bien seamos castigados. También premiados por hacer las cosas saltándonos la propia norma que nos castiga.
Hemos entrado en un bucle de normas que se pueden entender pero no comprender, que se contradicen, que se circulean unas a otras, como en el hotel de las 12 pruebas de Astérix y Obélix, o la gerencia del ayto. de Tokio en la mejor película del mundo, Ikiru, de Akira Kurosawa (enlace para el que no la haya visto (Sí, sé que es un poco de flipao recomendar una película del 52, pero es que realmente es una maravilla.).)
En fin, no seremos ni los primeros ni los últimos en sufrir estas cosas sin sentido aparente. Pero claro, de nuevo, ¿qué es tener sentido? En fin.
¿Quién no ha conocido a alguien que quiere a otro y, por eso mismo, le trata fatal? ¿O quién no ha hecho eso mismo, realmente?
Incomprensiones con orejas y pelo, eso somos.
Cambiando de tema, el viernes pasado recibí el segundo premio en el concurso Vigo Histórico de la Editorial Elvira. Hicieron un libro en el que recogen los diferentes relatos ganadores de esta edición y las anteriores que les quedó precioso (sí, no soy objetivo, pero creo que quedó muy bonito).
Está disponible aquí, para el que lo quiera.
La verdad es que quizá lo mejor de estos eventos es conocer a gente con los mismos problemas/inquietudes/sueños.
Siempre viene bien saber que otros están en la misma.
Hoy está otoño
Dōgen Zenji, el gran maestro japonés, viajero y pensador Zen, dejó escrito que: “Vida y muerte son tan sólo posiciones en el tiempo, como el invierno y la primavera. No pensamos que el invierno se convierte en primavera, tampoco decimos que la primavera se convierte en verano.”
Las cosas son, no están, viene a decir. Lo que, como hipanohablante, me cuesta. Con lo bonito que sería decir que el presente está primavera o que hoy estoy Alfonso.
Pero si eso es así, los muertos, en cuanto a vivos, no es que no estén, es que no son.
También dijo: “La leña, cuando se convierte en cenizas, ya no puede volver a ser leña y sin embargo no consideramos que la ceniza sea después y la leña antes. Aunque la leña esté en su posición dhármica de leña, dotada en sí misma de un antes y un después. Aunque haya antes y después, la leña trasciende este antes y después, lo mismo ocurre con la ceniza.
La ceniza permanece en su posición dhármica dotada en ella misma del antes y del después, pero, así como no podemos decir que la madera se convierte en ceniza, tampoco podemos decir que la vida se ha convertido en muerte; así como la leña una vez convertida en ceniza ya no vuelve a ser leña, el ser humano una vez muerto ya no vuelve al nacimiento.”
Puede que tenga sentido, lamentablemente. Es verdad que el pasado nunca se vive, sólo se ficciona, pero aun así uno no aprende lo mismo si vive algo o si se lo cuentan.
El eco se me ocurre como una forma de esperanza. Lo que ya no es, sigue estando, aunque sea como repetición cada vez más leve.
El Literapori: Libro recomendado de la semana
Hoy quería recomendar Una soledad demasiado ruidosa, de Bohumil Hrabal.
La verdad es que este libro me ha dejado algo confundido. Es corto, se lee rápido. Pasa poco. Trata de un tío que prensa papel, e intenta hacerlo de la forma más bella posible mientras bebe cerveza y piensa y piensa. Por momentos pensaba ¿qué estoy leyendo?, y por momentos me parecía una genialidad.
En fin, dadle una oportunidad que, si no os gusta, no perderéis mucho tiempo. Y si sí, pues ganaréis… ¿algo?.
Los 40 Principaliporis: Música recomendada de la semana
Hoy, en los 40 Principaliporis, quería, ya que ha sido esta semana el Spotify Wrapped, compartir la canción que más he escuchado este año, al menos en esa plataforma: Multi-Love de The Unknown Mortal Orchestra.
Es posible, ahora que lo pienso, que ya la haya compartido por aquí, pero bueno, es una gran canción y siendo sólo una persona es casi imposible no repetirse.
¿Qué queréis de mí?
La canción habla de un hombre felizmente casado y con dos hijas, en cuya vida aparece de repente otra mujer de la que se enamoran tanto él como su esposa. Se muda con ellos y todo se complica.
Pero tampoco hace falta entender eso para disfrutar del tacá ts ts ts con el que entra la batería, ni de las voces, ni de la guitarra, ni de nada.
En general, tampoco hace falta entender nada para disfrutar de nada. Quizá esa sea la clave.
¡Adiós!
¡Gracias por leer!
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Todo por un sub gratuito. Qué mundo este tan fácil el del siglo XXI.
Para los recién llegados o el que los quiera repasar, los antiguos Aliporis están disponibles aquí.
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Como diría el gran poeta M.: “Un abrazo a quien quiera recibirlo. Gracias.”
¡Hasta pronto!