El Alipori #63 - Correo Semanal de Alfonso Portabales
En 1963, los Beatles publicaron sus canciones Please Please Me, She Loves You, y I Want to Hold Your Hand.
Todavía no ha llegado el tiempo de mi vida de no hacer nada. Lo pienso. El tiempo en que escribir o no escribir sea lo mismo, y entonces uno decida no escribir para tener más tiempo de contemplar la vida.
Manuel Vilas - Crónica de Nueva Inglaterra en la publicación Cuadernos Hispanoamericanos
El último Alipori del año. El 63. Irracionalmente, me gustaría que fuese un número más redondo, pero bueno, ¿qué se le va hacer? (Una cosa que se le podría hacer es trucar los números, pero bueno, todo es esperar, al final el número redondo llegará.)
Apunté esto hace cinco días:
Me da la sensación de que antes, hace años, el mundo era un martillo. El que lograba salir de los martillazos, salía duro. Hoy en día, quizá la vida sea más parecida a un mortero. Menos fuerza, menos tragedia, pero machaca y machaca hasta que todo sale como un polvo igual a todo lo demás.
Pero ya, creo, no me siento así. Aun así, me gusta la imagen.
Estuve vareando junto a un grupo grande de amigos los treinta olivos que me compré con Blanca y no sé si fue el sol de diciembre, tan agradable en la cara, la sensación de la tierra bajo las uñas, o hacer un plan “sano” de moverse y comer al aire libre, que todavía acarreo encima un sentirme a gusto con el entorno. En vez de mortero, el mundo también es tantas veces cama y colcha.
Ahora toca navidad, o lo que cada cual celebre. Días cortos, noches largas, y esta ficción tan bonita que nos hemos inventado los humanos para juntarnos y poner luces y comer particularmente rico en el día más oscuro del año, para compensar. Una genialidad.
Sería gracioso que en San Juan, en el día más luminoso, bajásemos las persianas, vistiésemos de negro, y comiésemos de un tupper viejo y sin salar. Por compensar también.
Dicho esto, un poco de autobombo, que para algo este correo es gratis.
Si alguien no sabe qué regalar estas navidades, ¿qué mejor que el libro Relatos na Rúa X de la Editorial Elvira, en el que sale mi relato Socio?
Los villancicos están sobrevalorados. Con el cambio climático en marcha, ya no pegan. Así que mejor escuchar esta nueva canción de mi amigo Fernando Furones, en la que toco la batería:
¡Nos vemos tras reyes! Recordad que aunque no esté activo el Alipori durante las fiestas, se lo podéis recomendar a vuestro cuñado como venganza tras el “así no se corta, te lo estás cargando” o “el cambio climático es un invento del Nuevo Orden Mundial”. También, sin maldad, como regalo baratito de reyes. “Te he apuntado a un correo semanal que te va a encantar. Sí. El del tío ese. Que sí, que ya te dije. Ni idea. No, no. Bueno, que si no te gusta lo borras. A todo le pones problemas. No puedo contigo. Vale. Sí. Perdón. Ya te compraré algo, ¿vale? Que está la cosa difícil.”
Pero la suscripción ahí queda.
El Literapori: Libro recomendado de la semana
Hoy quería recomendar Me llamo rojo, de Orhan Pamuk. Juego a lo seguro. Recomendar a Pamuk (ganador del Nobel, y, por lo tanto, un auténtico Nobelista (jeje)) es como poner en tu equipo a Messi, todo sale más fácil.
Me llamo rojo trata de un asesinato en el Estambul del siglo XVI, en el principio de la decadencia del imperio otomano. Un ilustrador, parte de un equipo que está haciendo un libro con dibujos prohíbidos para el mismo sultán (también llamado la Sublime Puerta, uno de los mejores nombres de líder de un país del mundo) aparece asesinado, con la cabeza destrozada dentro de un pozo. ¿Quién habrá sido?
Utiliza un recurso muy interesante que es un coro de voces en primera persona, de perspectivas que hablan directamente al lector y le cuentan su subjetividad. Muy interesante, entretenido. Buen libro para las navidades.
Los 40 Principaliporis: Música recomendada de la semana
Hoy, en los 40 Principaliporis, quería compartir esta playlist espectacular de música tailandesa funky-psicodélica.
El primer grupo de la lista, Khun Narin, me ha sorprendido como hacía tiempo que no lo hacía nada en el mundo de la música. Todo lo que tocan lo van improvisando. Antes de hacerse famosos a través de youtube, tocaban en bodas, vestidos con chalecos rojos o verdes, como policías de tráfico. Aparecían con un sound system sobre ruedas, sus dos bombos, su caja, su cencerro, su bajo (con bajista lánguido y genio adjunto), y su phin, una especie de guitarrista tailandesa de origen persa/indio, y empezaban a generar mundos.
Una maravilla.
Aquí dejo un vídeo para el/la que no tenga Spotify y prefiera verlos en acción en el campito tailandés. Imagínate ir caminando por ahí y encontrarte esta locura.
¡Adiós!
¡Gracias por leer!
Recordad suscribir a todos vuestros conocidos, amigos, e incluso enemigos para que así les llegue un mail que no quieren y se pregunten qué han hecho para merecer semejante castigo, y que de repente lo empiecen a leer y les vaya gustando y se vuelvan fans y te agradezcan la recomendación y os hagáis amigos y te quedes sin enemigos, lo cual es claramente mejor.
Todo por un sub gratuito. Qué mundo este tan fácil el del siglo XXI.
Para los recién llegados o el que los quiera repasar, los antiguos Aliporis están disponibles aquí.
Podéis comprar merchandising del Alipori en el Tiendipori aquí, o invitarme a un café o hacer una donación de la cantidad que os de la gana para mantener esto en marcha aquí.
Como diría el gran poeta M.: “Un abrazo a quien quiera recibirlo. Gracias.”
¡Hasta pronto!