El Alipori #79 - Correo Semanal de Alfonso Portabales
En enero de 1879 comienza la guerra anglo-zulú. 4 meses después, se funda el PSOE en Casa Labra, y el Fulham FC en una iglesia del oeste de Londres. En Alemania, se crea la primera liga antisemita.
“Hay una diferencia entre participar e implicarse. En un plato de huevos fritos con chorizo, la gallina participa. El cerdo se implica.”
Juan Gomez-Jurado
Tras una pequeña pausa por el puente de mayo, seguramente injustificada para los que no viven en la comunidad de Madrid, estamos de vuelta.
La semana pasada fue de descanso (siempre se usa el adjetivo merecido, pero en este caso fue, sobre todo, necesario), con familia en Canarias. Mucho sol gustoso, playa, y demasiado ajo en la comida para mi picajoso sistema digestivo.
En cuanto a noticias personales, el aceite Bárbaro, el que recogimos con Blanca y un grupo grande de amigos, está en camino. También, el martes que viene, pre-San Isidro, estaré tocando en la sala Clamores a partir de las 8, para el que quiera pasarse. Y al día siguiente, imagino que estaré imitando a alguien que sepa bailar bien un chotis con un vaso de mini lleno de salchipapas en la mano, pero eso no creo que merezca la pena verlo ni gratis.
En fin.
Hace tiempo leí esta idea. No hay que ser agradable (nice), sino amable/bondadoso (no sé qué traducción es mejor de kind).
Me gusta este enfoque.
¿Cuánto de la bondad de una persona aparece por agradar socialmente y cuánto por bondad real? ¿Es esto realmente importante si el resultado final es el mismo?
Creo que sí. Que quizá sea mejor ser capaz de ser un poco desagradable, un poco agresivo incluso en las ocasiones en que se necesita, si la bondad y la empatía con los otros es real.
Si uno se orienta en torno a ser una persona agradable (nice), educada y correcta, en cuanto los valores sociales muten de forma drástica, como ha pasado tantas veces, hacia allí que se irá esta amabilidad. Tantas barbaridades se han cometido en lugares de gente agradable.
Este mismo concepto (el concepto es el concepto, Manquiña dixit) me lo aplico a mí mismo. ¿Cuánto de lo que otros ven como una tendencia hacia el bien en mí (no es la única tendencia, pero hablo de esta en particular) es sólo una actuación, y cuánto está fundamentado en algo, por muy vaporoso y ligero que sea ese algo? ¿Y cuánto de lo que yo percibo en mí de eso mismo (del concepto, blabla) es sólo ficción?
No soy una persona con tendencia a la agresividad ni a la asertividad. ¿Es realmente un entendimiento de que todos somos lo mismo y que dañar a otros sea dañar a todos y a uno mismo (lo que suelo creer que es la verdad), o es, simplemente, cobardía (lo que a veces temo que es la verdad)?
O quizá ambas sean dos caras de la misma moneda, y cierta forma de cobardía, la que no ataca pero tampoco huye, no sea per se mala.
Y claro, aquí llegamos a la duda de qué es ficción, si algo de nosotros es real, etcétera, etcétera. Pero, al menos para este Alipori número 79, dígamos que a lo que me refiero es a lo que haría uno si nadie mirase. Incluso si, de manera teórica, ni uno mismo mirase (por evitar el juicio ajeno en la propia mirada “desde fuera”).
Y conocer eso es casi imposible, siendo sincero. Aunque parece un buen objetivo.
Yo creo (o quiero creer, que viene a ser lo mismo), que actuaría de una forma relativamente similar, que no mataría, robaría, etcétera, por mucho que nadie juzgase (¿al pensar así convertimos a los demás y a uno mismo en dios, por hacerlos jueces de nuestros actos?), pero no estoy seguro al 100% en realidad.
Esta idea, sobre todo en el mundo de internet, se ha venido a denominar como mentalidad de esclavo. Al menos eso he leído en un par de sitios.
Este es un concepto de la moral Nietzscheana (tan en boga cada pocas décadas por según qué gente que desde aquí espero que no lleguen al poder nunca, porque malinterpretar a un filósofo es tan fácil como no leérselo), aunque modificado hacia un significado un poco distinto.
Nietzsche habla de priorizar las intenciones (como piensa moralmente el esclavo) contra las consecuencias (como piensa moralmente el amo). Hoy día, esta idea se ha reinterpretado, de manera curiosa, hacia la pureza de las intenciones. Hacia la interpretación para los demás, que para algo somos un mundo de pantallas.
Realmente no importa el nombre, pero a mí sí que me interesa saber hasta qué punto interpreto y hasta qué punto baso mis comportamientos en algo sólido, sobre todo, por tres motivos:
Qué tontería vivir una vida con valores prestados (que encima van a cambiar con el tiempo), teniendo en cuenta que tiene pinta de que sólo tenemos una. Y que si hay más, o no nos acordamos después o es en otro sitio. En cualquier caso, parece desperdiciar un poco el tiempo en la tierra intentar ser otro.
En un caso extremo (de esos que al final siempre aparecen, por lo que no serán tan extremos), uno sólo puede estar más cerca de controlar su reacción o saber qué esperar si ha pensado antes en por qué piensa que algo está bien o mal.
Gracias por leer.
El Literapori: Libro recomendado de la semana
Hoy, en el Literapori, quería recomendar Crónicas birmanas, de Guy Delisle.
Esta novela gráfica del maestrazo Delisle es una mirada desenfada hacia pequeñas historias de la vida diaria de una pareja extranjera con un bebé en la Birmania (ahora Myanmar) gobernada por la junta militar.
Es divertido, bonito, y hasta se aprende con él sobre un país del que, en general, sabemos muy poco.
Delisle tiene cómics viajeros de otros sitios, como Pyongyang, Shenzen, o Jerusalén, pero este es el que más me gusta porque, creo, es el que tiene más dulzura en la mirada hacia el país y hacia los birmanos (ahora myanmareños, supongo).
Los 40 Principaliporis: Música recomendada de la semana
Hoy, en los 40 Principaliporis, era inevitable, impepinable (más cosas que empiecen por in- y acaben en -able), poner una canción del nuevo disco de Pearl Jam.
Pearl Jam saca disco. Yo lo escucho con las orejas altas.
Una norma sencilla.
Esta en particular suena a clásico, a canción fácil de escuchar que luego tarareas en la ducha. Y lo fácil de escuchar, casi siempre, es dificilísimo de hacer.
¡Adiós!
¡Gracias por leer!
Recordad suscribir a todos vuestros conocidos, amigos, e incluso enemigos para que así les llegue un mail que no quieren y se pregunten qué han hecho para merecer semejante castigo, y que de repente lo empiecen a leer y les vaya gustando y se vuelvan fans y te agradezcan la recomendación y os hagáis amigos y te quedes sin enemigos, lo cual es claramente mejor.
Todo por un sub gratuito. Qué mundo este tan fácil el del siglo XXI.
Para los recién llegados o el que los quiera repasar, los antiguos Aliporis están disponibles aquí.
Podéis comprar merchandising del Alipori en el Tiendipori aquí, o invitarme a un café o hacer una donación de la cantidad que os de la gana para mantener esto en marcha aquí.