El Alipori #80 - Correo Semanal de Alfonso Portabales
En 1780, Irlanda, Lady Berry, condenada a muerte por el asesinato de su hijo, es liberada al aceptar convertirse en verdugo. Se funda el güisqui Jameson. Tupac Amaru II comienza una rebelión en Perú.
No te compadezcas de ti mismo. Eso sólo lo hacen los gilipollas.
Haruki Murakami - Norwegian Wood
Hay días en que las letras parecen caerse de las yemas, y otros en que hay que arrancarlas con un cuchillito fino. Me pregunto cada día: hoy ¿cuál será?
No sé si hay forma de saberlo.
Y no creo que esto sólo aplique para la escritura. Todos luchamos por conseguir algo (quizá sería deseable no hacerlo, pero incluso el que no lo desea y quiere buscar la paz interior de no ansiar y sufrir, normalmente lucha por ser capaz de no luchar).
En cualquier caso, al comenzar el día, uno ni siquiera sabe qué tal luchará hoy contra la lucha. O correrá. O dibujará. O socializará e intentará encontrar un hueco en el que sentirse a gusto. Porque el cuerpo, el mundo, el yo, todo está en movimiento constante, aunque no cambie al ojo, y nunca es igual del todo.
Ojalá que el día sea bueno, tanto el mío como el vuestro.
Dicho esto, una curiosidad que estuve pensando. Para que una población cree lo que más tarde se acaba conociendo como un idioma, tiene que partir de la incultura. Un lugar pronuncia o conjuga mal algo, esto se extiende y se establece. Es cierto que los jóvenes constantemente crean palabras, lo que no imagino que fuese distinto en la antigüedad (los adolescentes son adolescente siempre, aquí y en la China popular), pero no creo que ese cuerpo de palabras o expresiones, siempre tan volátiles (ya que para la siguiente generación ya son de viejo), pudiese generar, como tal, un idioma.
El idioma tiene que venir de la deformación. Si toda la población fuese culta y dominase el latín o el sánscrito o el árabe clásico con todas sus normas, no habría creación posible.
Esto me llevó a pensar: ¿Es a veces el conocimiento un impedimento para el acto de hacer algo nuevo?
Haruki Murakami tiene una teoría al respecto de cómo funciona, al menos en él, la creación. Él lo define como “bajar al sótano” de su mente. Y, para que sea realmente bueno, dice que debe bajar aun más, a un segundo sótano en el que no tiene ni idea de qué hay, sólo con qué sale de él.
Dice que si crea desde la mente consciente, lo que le sale es un churro estofado. Que la única forma de contar algo que conecte con los demás de verdad es a través de imágenes “más sinceras”, que vengan del sótano, de esa especie de subconsciente (o, en su caso, el subsubconsciente), que ni él mismo sabe bien qué significan o de dónde vienen. Pero generan una conexión primaria.
Y no es el primer escritor al que le oigo algo similar en entrevistas. Que pensar mucho ayuda algo, sí, pero no del todo. Que si uno quiere llegar más allá, hay que hacerlo desde el sótano. Como los idiomas. Tienen que nacer de un cierto salto al vacío.
Y supongo que eso aplica a todo, que uno nunca sabe, que una cagada puede generar una palabra nueva, y algo que uno ni entienda puede no ser entendido también por millones de personas (como le pasa a Murakami), y que a todos les encante no entenderlo.
No estoy seguro de si esto es aplicable a todas las profesiones (el médico intuitivo, la contable subconsciente…), pero sí a la vida en general, que ya bastante creativo es estar vivo y moverse y hacer cosas y elegir qué no hace uno a cada segundo.
P.D. (1): El martes pasado estuve tocando un directo con Fernando Furones. Hacía mucho que no me subía a un escenario. Me lo pasé muy bien, a pesar de que había más humo que en las trincheras de la primera guerra mundial y sólo vi culos de músicos. Muchas gracias a los que vinieron.
P.D. (2): Este viernes sale el primer doble single de una nueva banda que he formado con dos maestros: Jorge Sebastián, y, de nuevo, Fernando Furones. Aquí tenéis el Instagram. La portada es preciosa, y la música no está mal.
P.D. (3): Recordad que si invitáis a amigos/as al Alipori, tendréis estos regalos. Y alegraréis el corazoncito de un joven aliporiano.
¡Gracias por leer!
El Literapori: Libro recomendado de la semana
Hoy, en el Literapori, quería recomendar Tigre Blanco, de Aravind Adiga, una comedia negra genial y divertidísima basada en la India moderna.
El protagonista, que narra todo el libro en primera persona, es un joven pobre venido de un pueblo (lo que el llama La Oscuridad), que empieza a trabajar como sirviente de un joven rico en Nueva Dehli, heredero de una familia poderosa con intereses más que discutibles.
El protagonista compara a todo el que ve con animales, haciendo una escala de poder, de quién come a quién, que muestra muy bien ese pensamiento basado en castas sociales del que él se siente preso.
Hablando de un tema tan serio, el libro es gracioso y entretenido y se lee solo.
Los 40 Principaliporis: Música recomendada de la semana
Hoy, en los 40 Principaliporis, parece que hay un problema con Substack, y no me deja poner enlaces como normalmente haría. Pero, en cualquier caso, quiero recomendar Insecure, del fantástico guitarrista londinense Tom Misch (28 años tiene el muchacho y ya es una leyenda).
En realidad, cualquier cosa suya es buena.
Tiene un estilo relajado, en el que sabes que, aunque no lo esté demostrando, podría tocar cualquier cosa por compleja que fuese. Conseguir transmitir eso con poco, es algún tipo de magia negra.
¡Adiós!
¡Gracias por leer!
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