El Alipori #82 - Correo Semanal de Alfonso Portabales

En 1582, después del 4 de octubre fue el 15. Hubo lío con el zodiaco. También se casó W. Shakespeare, de 18 años, con Anne Hathaway, de 26 y embarazada. Entra el mismo año el primer jesuita a China.

“El novelista Natsume Sōseki dijo que, en japonés, no se diría ‘te quiero’ directamente, sino diciendo ‘la luna está preciosa hoy, ¿verdad?”

• Un tipo en un foro de internet

Hola.

Hoy es uno de esos días en los que no tengo demasiado claro qué decir.

Lo primero, quizá, que la frase inicial es mentira, nunca la dijo Sōseki y no tiene demasiado sentido, pero es algo que pervive en internet, y quizá por eso me gusta más.

Lo segundo, que ayer terminé el primer borrador de la novela en la que he estado trabajando desde navidades. Aún le queda mucho para ser legible, pero ahí está, todo sobre el papel.

Quizá ese sea el momento más complicado, a nivel orgullo/ego de cualquier proceso, ver cómo lo que uno ha hecho se desvía de lo que uno imaginaba que era capaz de hacer. En todos los ámbitos, desde la creación, hasta las relaciones, hasta la percepción de uno mismo.

Es de suponer que imaginar (el acto de imaginar) aparece en la lista de capacidades humanas (aunque también es de suponer que nada de lo que existe en realidad está tan delimitado como para ser una capacidad, que nadie “instaló el software” de imaginar; la diferencia entre caminar y correr, o incluso entre caminar y bailar, es impuesta por nuestra mente humana tan palabrosa, e imagino que la diferencia entre imaginar y decidir comer funciona igual) como elemento de supervivencia.

Resumen, que hubo mucha anotación: Es de suponer que imaginar aparece en la lista de capacidades humanas como elemento de supervivencia.

Sí. ¿Y qué? Que lo que nos genera los problemas, como casi siempre, es una especie de subproducto de la virtud.

Como dice este meme que me hace tanta gracia:

Porque todo lo que añada complejidad, acarrea consigo una capita de mierda junto a la de luz.

A lo que iba, que creo que ese es el gran impulso que fomenta la creatividad, la imaginación, pero también uno de los que más la bloquea. Si uno se imagina tocando la guitarra, ¿qué tal la toca en su cabeza? Pues como Jimi Hendrix. O al menos como el tío ese pesao que siempre toca Wonderwall en las fiestas.

Luego, uno llega a la guitarra, y suena, como debe sonar la primera vez que se toca, a basura, y aparece la frustración, la comparación con lo que uno esperaba o soñaba o deseaba hacer y la peor frase posible “yo no valgo para esto”, que es la imaginación extendida, en vez de por una playa del caribe, por un vertedero.

Y al comparar la situación real (no sé tocar porque nunca toqué/no practico) contra la situación por la que se ha decidido ir la imaginación, escurridiza como una sabandija (si practicase, qué vergüenza, seguiría siendo malo pero encima habiéndome esforzado, porque “yo no valgo para esto”), uno decide quedarse con la más cómoda (la 1), y acaba no haciendo nada.

Pues eso, que cuidado con la imaginación. Es bonita, pero también escurridiza. Se mete por los agujeritos del cerebro.

Ojo, que esto no aplica sólo a los trabajos llamados “creativos” (que también ser profesor o atleta es creativo, y tantos otros, pero ese es otro tema).

Los últimos años de mi vida, para mis estándares, al menos, han sido bastante duros y difíciles, y me dejaron algo más enfadado con el mundo. A medida que pasa el tiempo, ese enfado se va cubriendo de días y le cuesta más salir, por suerte. Pero, muchas veces lo pienso, realmente lo que más he sentido no es ira, sino frustración. No hay objeto de ira (no es como que sienta que nada estaría mejor si algo o alguien fuese castigado o dañado; es pura rabia hacia el aire y los pájaros pero hacia ninguno en concreto), no hay un afán destructivo. Lo que hay es una comparación del fue (o lo que es lo mismo, el pudo estar siendo), y el es. Y en ese choque imaginación/realidad es donde bullen las cosas.

Escurridiza, como dije.

La semana que viene me la tomo de descanso. Aprovechad para recomendar el Alipori a vuestros amigos o enemigos, o para enviarme dinero a mansalva a mi cuenta de Kofi (que cierto es que ya es hora de que actualice la foto), o para dejarme un comentario, que también alegra, o para ninguna de las anteriores. Lo que mejor os venga.

Ah, y este viernes sale el segundo single doble de la banda Sonic Rangers, en la que toco la batería y canto. Podéis seguirnos aquí, o escuchar el primer single aquí.

Dicho esto, desde el Alipori pido que bebáis agua, y que os de un poquito el sol, que, al menos yo, me he dado cuenta de que tengo la complejidad psicológica de una flor silvestre, y que si mantengo esas dos cosas a buen nivel y me acuerdo de respirar, el barco, más o menos, flota. Y no creo que nadie sea muy distinto a los demás, salvo un poquito.

El Literapori: Libro recomendado de la semana

Hoy, en el Literapori, quería recomendar Soy un gato, de Natsume Sōseki.

Sōseki, autor de frases como “Ola ke ase”, escribió esta maravilla de novela en 1905. Es revolucionaria en la forma en que narra la vida de un hombre japonés de clase media en pleno fervor industrial y guerrero de la era Meiji desde la perspectiva de su gato casero, pero es que además es divertida.

El gato, y su patoso dueño, viven peripecias y aventuras, utilizando esa perspectiva casi de novela en tercera persona (desde fuera), pero con opiniones fuertes y el movimiento propio de un felino.

Y la edición de Impedimenta es muy bonita y agradable al tacto.

Los 40 Principaliporis: Música recomendada de la semana

Hoy, en los 40 Principaliporis, quería recomendar el disco Bar Mediterraneo, de Nu Genea, una banda napolitana, con un sonido y una estética bastante alegres, agradables para tener de fondo.

El concepto es algo así como la posible evolución de la música electrónica en el mar mediterráneo, tanto norte como sur.

¡Adiós!

¡Gracias por leer!

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Para los recién llegados o el que los quiera repasar, los antiguos Aliporis están disponibles aquí.

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