El Alipori - Correo Semanal de Alfonso Portabales - Publicación #34
No hay senda en el firmamento,
y el sabio debe encontrar la senda interior.
Todas las cosas en verdad se desvanecen[…]
Dhammapada verso 255
En los últimos Aliporis estoy muy de versitos religiosos o espirituales para empezar, es cierto. Asumamos que esto es sólo una fase (y que no es tan larga como la esperanza de vida del Alipori… aunque probablemente ya haya superado las primeras predicciones).
Pero como justificación diré que este verso del Dhammapada (supuestamente, las palabras del Buda histórico) me parece precioso y muy verdadero.
Pensaba que sabía algo de budismo hasta que empecé a leer a Nagarjuna, uno de los grandes filósofos del periodo clásico de la India, y me di cuenta de que no entendía nada de lo que dice, y de que mi cerebro milennial (excusa siempre útil) se distrae a las tres líneas básicamente porque no entiende y se aburre (ojo al que no lee nada por ese motivo, puede que signifique que nada entiende o nada le motive).
Dicho esto, para el que quiera sufrir esguinces de dendrita, recomiendo mucho a Nagarjuna.
En otro tema, la mente/el alma/lo que sea que nos provee de bienestar y malestar es un cacharro lento e incontrolable y a veces toca un poco los cojones/ovarios/gónadas reproductoras/ausencia de gónadas (somos inclusivos).
Encontré este texto de Marta Peirano en twitter, creo que publicado en El País, que me pareció precioso. La infancia es el reino donde no mueren los que realmente importan.
(El que no lo pueda leer bien, que haga clic en la imagen y se le abrirá en una pestaña nueva).
Como despedida de la intro, mi primer poema tras muchos años de oponerme de manera activa (no sé si quedó muy bonito, pero a mí me gusta):
Me dicen que soy como una concha
Pero no sé exponer más
Me pregunto con quién me comparan
Conmigo no, porque empato.
Dhukka
La insatisfacción es inherente al ser humano, de eso no hay duda. El humano que no lo ha sentido miente.
Igual que no se mancha lo sucio y no se llena lo lleno, no se satisface lo satisfecho.
Supongo que el verdadero problema es querer estar satisecho, pero la ataraxia (1. f. Fil. Imperturbabilidad, serenidad.) tiene tan mala fama y es tan difícil que, joder, comparada con Netflix, pues echa atrás.
Quizá sea algo similar a como la fruta atrae menos que las chocolatinas, o el ejercicio menos que volverse una patata. El cuerpo pide lo que no debería, quizá para que sólo unos pocos lleguen a estar bien de verdad, o quizá por los demonios, o quizá el cuerpo sólo busca el placer inmediato porque la vida es corta y en casi toda la historia de nosotros había depredadores horribles y guerras y enfermedades incomprensibles, y un poquito de hedonismo tanto físico como espiritual tampoco sea mala idea.
De todas maneras, hoy día es fácil que la insatisfacción ataque. Hay demasiadas opciones, demasiada información, demasiado conocimiento. Es difícil no pensar que uno no está en la situación presente ideal, incluso aunque esa situación sea leyendo un newsletter mejor, sentado en una mejor silla, respirando un aliento más fresco, o estando rodeado de gente más guapa. Así es la vida.
Este vídeo que vi en Instagram no descubre nada, pero lo muestra de una forma bella y hasta agradable. El creador tiene muchos vídeos geniales con este mismo estilo de temática y ritmo en los que quedarse atrapado durante horas.
Está en inglés, pero bueno, espero que os guste.
El Literapori: Libro recomendado de la semana
Hace muchos años leí Los Vagabundos del Dharma, de Jack Kerouac, uno de mis libros y escritores favoritos, y, sin duda, uno de los que más me ha motivado a ver las palabras como un juego y una forma de arte no demasiado diferente de la música.
Además, estoy ahora muy metido en este tema del dharma, así que viene al pelo.
Eso sí, la portada de la edición española es un horror comparada con esta, que por algún motivo siempre me enamoró.
En el libro, un joven Jack Kerouac, escritor relativamente fracasado al que nadie parece querer publicar, viaja hasta San Francisco donde convive con el poeta Gary Snyder (futuro premio Pulitzer), Allen Ginsberg (qué decir, Howl es lo mejor que se ha hecho, para mí, desde Lorca y Miguel Hernández), y otros ilustres del llamado “Renacimiento de San Francisco” como Alan Watts o Neal Cassady antes de ser conocidos. Hablan, beben y pasean por la montaña. Y Kerouac tiene el lenguaje más visual que he visto en ningún escritor.
Estas frases, como ejemplo:
“Llegó el atardecer y la luz se iba poniendo en color ámbar y las sombras caían siniestras sobre el valle de piedras y eso, en lugar de asustarte, te proporcionaba una nueva sensación de inmortalidad”.
“Es algo bueno haber nacido para morir, aunque sólo fuera para eso”.
“Y aquel rumoroso arroyo era bellísimo a la luz de la luna, aquellos destellos de luna en el agua, aquella espuma blanca como la nieve, aquellos árboles negrísimos, propios de un paraíso mágico de sombra y luna”.
Los 40 Principaliporis: Música recomendada de la semana
Hoy, en los 40 Principaliporis, traemos a Ataxia (ya que mencionamos la ataraxia antes).
Joe Lally, John Frusciante y Josh Klinghoffer en una habitación creando canciones sobre líneas constantes de bajo. Este disco tiene un elemento hipnótico que le da un aire como a nube (no me gusta la palabra etéreo) y fuera del tiempo.
¡Que lo disfrutéis!
¡Adiós!
¡Gracias por leer!
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Todo por un sub gratuito. Qué mundo este tan fácil el del siglo XXI.
Para los recién llegados o el que los quiera repasar, los antiguos Aliporis están disponibles aquí.
Como diría el gran poeta M.: “Un abrazo a quien quiera recibirlo. Gracias.”
¡Hasta pronto!