El Alipori - Correo semanal de Alfonso Portabales - Publicación #19
Antes me movía como el viento, ahora me rindo y eso es todo.- Gerónimo
Esta cita va sin contexto, pero es miércoles por la noche y para este Alipori, como a todo, llego tarde, y llevo un par de semanas obsesionado con los apaches tras leer "Ahora me rindo y eso es todo" de Álvaro Enrigue, y Gerónimo es el más famoso y, quizá el más interesante.
"Ahora me rindo y eso es todo" es un libro fantástico sobre los últimos años de la Apachería, un terreno tres veces más grande que España, enclavado lejos del mar, en el que había un estado funcional y valiente, la última entidad independiente indígena de Norteamérica que no se rindió hasta que ya no quedaba prácticamente nadie y de costa este a costa oeste todo era pura uniformidad y lo que era Apachería ya era desierto y monte y algún rancho suelto.
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Parecería que siempre ha habido, durante la historia humana, una serie de fuerzas que lo que buscan es la eliminación de lo diferente, uniformizarlo todo. Este proceso, llamado por algunos "Walmartización", se encuentra con formas locales de resistencia a veces buenas pero no siempre mejores que la fuerza unificadora, como podían ser los nacionalismos, etnicismos, etc., etc.
En nuestra época, la gran fuerza uniformadora, sin duda, es la tecnología. Primero a través de las películas y de la fabricación en masa de productos como la ropa o los coches, el mundo se fue pareciendo cada vez más, físicamente, a sí mismo. Ahora, diría que la guerra es contra la uniformidad mental, contra el pensamiento automático involuntariamente igual al del vecino. ¿Cuánto controla el pensamiento humano el fantasma de la tecnología que la propia humanidad construyó? ¿El famoso algoritmo y la viralidad y la inmediatez del estar enterado?
Siempre he defendido, de forma medio absurda y medio en serio, que la Nintendo 64 y Windows 95 y las Game Boys translúcidas de colores fueron el peak tecnológico de la humanidad, que no hacía falta más, pero encontré hace pocos días estos vídeos, tan ridículos y tan ciertos como mi opinión llena de nostalgia (literalmente: el dolor del retorno), que me han hecho replantearme esa idea.
Estas tecnologías tan accesibles han generado un espacio para la creatividad para el que no se necesitan casi recursos. Esto es genial porque en manos de jóvenes con ideas y tiempo permite subvertir los cánones y lo esperado.
Estos vídeos son parte de un movimiento que podría ser un nuevo surrealismo o un nuevo dadaísmo digital, que también aparece en forma de memes incomprensibles y graciosos.
Creo que esta es una respuesta natural de una generación tantas veces llamada de cristal, como si expresar emociones fuese algo débil, y que tiene que lidiar con, entre otras cosas, la pérdida de la respetabilidad de la verdad en el discurso público y con la desaparición de lo sólido y con la posibilidad muy real de un apocalipsis causado por el cambio climático del que no tienen ninguna culpa — a lo que hay que sumar pandemias globales, posverdades y mierdas varias, además de la repentina amenaza de un holocausto nuclear —, y una globalización gripando y una posibilidad de un progreso material constante (lo único que se nos/les prometía) detenida.
Los vídeos en cuestión, que también son graciosos sin analizarlos al detalle:



No creo que esto sea un movimiento aislado, ya que el humor de la generación z ha rayado siempre en lo absurdo, en la subversión pura. Sólo por ser lo no esperado ya se vuelve cómico.
El anterior dadaísmo apareció en una época un tanto oscura para occidente. La destrucción de lo real puede suponer un alivio, pero probablemente siga siendo mejor vivir en esta época que exige surrealismo que en una de hechos surrealistas.
Sí, estoy pensando en ti, cruzada de los niños.
En resumen:
Un niño italiano soñó que con un ejército de niños, dada su pureza de corazón, podía tomar Tierra Santa. Se le prometió que el mar se abriría para ellos.
Un niño alemán soñó lo mismo.
Se formó un ejército de niños italianos y alemanes que marchó a Niza. Robaban toda la comida que podían por el camino. Muchos murieron de hambre.
Una vez en la ciudad de Niza, esperaron dos semanas rezando y el mar no se abrió. Dos mercaderes les ofrecieron sus barcos y acompañarles a Jerusalén.
Dos de los cinco barcos se hundieron en Sicilia. Los otros tres llegaron a Egipto, donde los dos mercaderes vendieron a todos los niños como esclavos.
Fin.
P.S.: Lamentablemente, ha habido y sigue habiendo niños soldado, pero estos son distintos, porque, en teoría, formaron un ejército de sólo niños de manera voluntaria. Su fuerza era la pureza de su corazón, como Goku con la nube kinton. ¿Cuál era su plan en Jerusalén? Sabe Dios.
P.S.: Nadie está seguro de que esta historia sea completamente verídica, quizá solo partes, pero durante mucho tiempo los historiadores creyeron que sí. Esta es suficiente prueba para entender la mentalidad de la época.
En realidad estos niños solo querían ser apaches y moverse y vivir aventuras, como todos, pero no sabían cómo decirlo. (Pum, completando el círculo.)
¡Gracias por leer!
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¡Hasta el siguiente jueves de Alipori!