El Alipori - Correo Semanal de Alfonso Portabales - Publicación #22
“Cuando el infierno son los otros, el paraíso no es uno mismo."
- Mario Benedetti
Otra vez en viernes. Cáspita.
Hoy voy a empezar con un vídeo de una canción alegre del gran Burna Boy.
Espero que este Alipori sea leído bailando, que para algo, al menos en Madrid cuando escribía esto, hacía un sol precioso y apetecía mover el culo, y no voy a cambiar la introducción por unas nubes. Hará unos diez días que volví del viaje que hice con Blanca a la isla de Sri Lanka.Hemos visto paisajes impresionantes, desde montañas por las que trepaba niebla como en los famosos cuadros de Qi Baishi, a templos construidos dentro de cuevas naturales o playas vacías bordeadas por cocoteros. Hemos comido platos nuevos, con coco y verduras y especias que nunca había visto.Nos movimos por el país conduciendo un tuk tuk, lo que nos permitió conocer el país bastante de cerca. Tanto como para pasar a pocos centímetros de la trompa de un elefante, pero esa es otra historia y sé que me pongo un poco pesado enseñando el "vídeo del elefante", así que aquí paro y el que lo quiera ver que me lo pida, y si no lo acabaré subiendo a Instagram como buen millennial.Hay bastante mundo comprimido en Sri Lanka. Es común en una calle encontrarte con templos de las cuatro grandes religiones del mundo: hindú, budista, cristiano y musulmán. Que me perdonen los pastafarianos. Aunque la guerra, que terminó hace poco, tenía sobre todo un componente étnico (tamiles y cingaleses), la religión también jugó un factor importante. El estado recién formado tras la independencia en 1948 estaba dominado por los cingaleses (mayoría budista, 83%). Poco tiempo después, empezaron a hacer leyes que discriminaban el uso del tamil (mayoría hindú, 8%) y que fomentaban el budismo como única religión nacional. La violencia estatal viniendo de una mayoría budista puede ser chocante de primeras, pero es un tema tan grande que quizá de para otro Alipori.La historia de este enfrentamiento es muy compleja y empieza hace cientos de años, pero en resumen, en las regiones tamiles, al norte y este de la isla, descontentos con el mando desde Colombo, se inició un movimiento a favor de la independencia que derivó en una guerra civil larga y muy violenta.Choca esto con la realidad que uno se encuentra en el presente. Existe una mezcla, al menos espacial, que no he llegado a ver en otro sitio. Una tienda con un Cristo, la siguiente con un Ganesh. Templos casi pared con pared. No estoy seguro de hasta qué punto se reproduce esta mezcla a nivel micro, y si hay familias mestizas o cómo de cordial es la relación entre etnias en las cosas del día a día como el mercado o una partida de criquet. Las cicatrices se suelen llevar tapadas.Otro elemento sorprendente fue descubrir que había muchos cristianos en ambos bandos, y que algunos fueron de los más combativos, de los que más comúnmente se inmolaban en atentados durante la guerra.Como en un viaje a Tierra Santa, salí de ahí con menos cosas claras que al llegar.En cualquier caso, Sri Lanka, tradicionalmente llamada Ceylán, ha sido definida por muchos viajeros como un paraíso en la tierra. Y probablemente sea de los sitios más cercanos. Pero hay un contraste chocante entre el espacio y la historia reciente. DR Congo podría ser un caso similar, que aún se estira en el presente. O Myanmar, o Nicaragua, o tantos otros. Sitios de abundancia y belleza manchados de caos y sangre.¿La violencia surge de la escasez? ¿De la fealdad? ¿De la avaricia y de la xenofobia? ¿De una intervención foránea que desestabiliza? ¿O es la naturaleza humana? Por muy bonito que sea un sitio, el paraíso sólo puede ir por dentro. Cualquiera lo puede haber experimentado a escala micro. Un malestar de estómago en la playa y a tomar por culo la playa. Sentirse enamorado en un vertedero y es el vertedero más bonito del mundo.No existe, por lo tanto, el paraíso en la tierra, ni paraísos, creo, hechos de nubes o fuentes de leche y miel. Sólo hay paraísos hechos de tripas, y duran lo que duren. Hay ciertos sabios que aseguran que si se encuentra ese espacio, el instante puede durar para siempre en el tiempo, ya que es relativo y demás, pero eso también da para otro Alipori.Cualquier camino puede ser válido hacia ese paraíso, imagino, mientras implique lo que necesitan los intestinos y no dañar a nada ni a nadie (el dolor infringido vuelve como un bumerán). El baile, o la música también puede ser un camino al paraíso. O pasear. Supongo que cualquier cosa que nos saque del movimiento del tiempo. El deporte, el sexo, el arte, un cachorro de perro feliz de verte... Todo lo importante logra eso durante un instante.Así lo canta Funkadelic:Free your mind and your ass will follow.The kingdom of heaven is within.O lo que es lo mismo:Libera tu mente y tu culo la seguirá.El reino de los cielos está dentro.Pero aunque no esté en los cielos y esté dentro, la pregunta sigue siendo: ¿dentro dónde? ¿Es material? ¿Existe ese dentro o es sólo la mente y entonces la mente puede salirse del flujo hasta ahora invencible del tiempo si el estado mental es el que debe y ve y entiende el mundo? ¿O si ese dentro es pura metáfora, entonces por qué dentro y no en todos los sitios?Por cierto, este es uno de mis cuadros favoritos de Qi Baishi, que no son montañas, sino unas gambas: Gambas Con las gambas me voy, que ya caso es navidad. Si alguien tiene alergia, que no las mire.Gracias por leer.Podéis leer todo lo que publico aquí: alportabales | Twitter, Instagram | Linktree — linktr.ee Linktree de Alfonso Portabales Un abrazo/beso/apretón de manos/saludo con distancia Aliporiano.¡Hasta pronto!