El Alipori Edición Veraniega #2 - Correo Semanal de Alfonso Portabales
Más puntual en agosto que en el resto del año
Espero que este correo te encuentre bien, blablá… pero en este caso es cierto, porque todo el mundo se merece al menos un agosto al año.
El mar es como el bálsamo de fierabrás. No deja de ser agüita, pero funciona. (Aplíquese también al río, charca, y, un poco menos, a la piscina).
Seguimos con el Alipori nostálgico de sí mismo, con una recopilación de textos del último año.
Ser malos! Buenas noches colegas.
El espíritu guía (#39)
No creo que nadie crea, hoy en día, en la existencia de Zeus o Ares. No es muy del siglo 21, como es normal.
Tampoco yo, pero hay una idea curiosa con la que he estado tonteando últimamente. No es que me la haya inventado, pero me parece interesante.
Las mitologías solían ser una forma de representar todo lo humano. Todas las emociones, historias, estaban ahí, para que aprendiésemos lo más rápido posible sobre las experiencias de otros sin necesidad de vivirlas. Una especie de enciclopedia de lo humano. Zeus como símbolo del poder, de la lujuria… Ares de la guerra, la ira, la violencia…
Además de esto, pensé en una posible interpretación de las emociones, no como algo que uno siente, sino como algo que a uno invade. Una visión platónica donde la ira existe como concepto, flotante en algún armario interdimensional, y según la configuración mental de cada uno deja que le ocupe los pensamientos y los comportamientos o no.
Cada uno sería, viéndolo así, un receptáculo de conceptos o de modalidades (miedo, alegría, deseo…) a los que deja que le atraviesen o que se instalen, que le dominen o que sólo sean susurros.
De la misma forma, uno puede estar “guiado” o dirigido o poseído por el espíritu de Baco, o de Santo Tomás, o de Jesús, o del vecino de enfrente, siendo perfectamente ateo y sin creer que existan más allá que como concepto (el vecino de enfrente imagino que sí existe también como ente físico en el presente).
Es una forma de entender la percepción propia como condicionada según una especie de manivelas internas que dejan más Hera y menos Hermes. Condicionada por lo externo. Como que uno es parte de una serie de fuerzas superiores, y todo lo que la vida deja es elegir como aprovecharse o ser aprovechado, usar o ser “poseído”. E igual que se puede definir como que alguien tiene más ira y menos alegría, se puede usar la “enciclopedia de lo humano” de cualquier mitología, y explicar de esa manera el comportamiento propio o ajeno. Incluso puede valer para dirigir mejor el comportamiento futuro.
En lo mitológico está lo humano antes de que se pudiese establecer científicamente, y, en ese sentido, a nivel narrativo es interesante tomar como referencia figuras externas para la configuración mental de cada uno. Este mes intentaré estar guiado por la “esencia” de Apolo, y el siguiente por la de Eminem.
En fin, que no os invada demasiado lo malo, sólo cuando toca, que no siempre viene mal.
La gran renuncia (#32)
Existe otra forma de samsara, más tangible. Y abandonarla no implica morir (más que económicamente): el trabajo de oficina.
Tienes mucho en común estos dos conceptos o “inventos”. Son repetitivos, se hacen en piloto automático, por obligación, igual que uno se olvida supuestamente de las vidas pasadas, uno se olvida de otros días en la oficina, tan parecidos… (No quiero poner más etc.)
A lo que iba, existe un fenómeno, suficientemente no reciente como para salir en el Alipori, que se ha venido a llamar La Gran Renuncia.
Una serie de “iluminados”, la mayoría jóvenes, rompen el ciclo de trabajo-sufrimiento y se concentran de manera concreta en no dejar impronta, en solo vivir. (Para los más escépticos, recordar que trabajo viene de trepaliare, la acción de torturar con tres palos. Sólo el mundo auto-explotativo actual (según Byung Chul-Han) quiere intentar convencernos de lo contrario. Y Marx, lo mismo pero desde la perspectiva contraria, pero eso para otro día.)
¿Por qué la perspectiva de una vida estable en una oficina ha pasado de ser algo deseable a un proyecto que, en muchos casos, asusta? ¿Puede ser que esa venta del tiempo ya no garantice un acceso a hogar y a un nivel económico suficiente como para merecer la pena? ¿O puede que ahora, con internet, sepamos demasiado del mundo como para aceptar que un cubículo es una vida suficiente? ¿O que a toda esa generación se le empujase a soñar con ser tanto y ahora a aceptar ser lo mismo? ¿O quizá sea una banda de niñatos con demasiado tiempo y dinero para preocuparse por eslomarse como se supone que uno debe hacer?
Quién sabe. Yo no. Pero sí sé que no me puedo imaginar en esa misma oficina. Según Camus, Sísifo sonríe. Imagino que tiene un plan de huida.
El Literapori veraniego: Libro recomendado de la semana
Libros ligeritos para el calor, que hay que adaptarse.
Así habló Zaratr… Bueno, mejor recomiendo Los Desposeídos, de Ursula K. Le Guin (aquí, versión ebook).
Es un libro muy divertido de leer, sobre un planeta y su luna a mucha distancia de nuestra Tierra.
En la luna vive una civilización muy cercana a la anarquista, y en el planeta tienen un equilibrio parecido al de nuestro mundo a finales de los 80, con diverso sistemas de producción en conflicto.
Un hombre de la luna anarquista quiere bajar al planeta, para aprender más de ciencia. Sería el primero desde que se instaló la colonia en la luna, y hacerlo sería una especie de tabú, pero nada se lo impide ni se lo puede impedir. En la luna no hay más normas que las sociales.
En fin, es un libro muy entretenido que hace pensar en otras opciones de organizarmos como personitas, grupos, sociedades… Y, como siempre en la ciencia ficción, permite imaginar otras cosas, que ya es mucho.
Los 40 Principaliporis veraniegos: Música recomendada de la semana
Canción veraniega divertida. De Bad Bunny, así es. Pero si hace canciones buenas, ¿qué le voy a hacer yo?
¡Adiós!
¡Gracias por leer!
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¡Hasta pronto!