El Alipori Edición Veraniega #5 - Correo Semanal de Alfonso Portabales
Quinto Alipori veraniego desde el quinto pino
Hola.
Pensé que llegaba para esta semana, que tendría tiempo de inaugurar la temporada 2 del Alipori con fanfarrias y fiesta y farolillos y demás palabras con f, pero la verdad es que me fui a Islandia y llego todos lod días cansado y fallé y me veo obligado a enviar otro refrito.
Hay quien dice que las croquetas al día siguiente están más buenas. Pero probablemente es porque no le queda otro remedio. No lo sé. En cualquier caso, espero que estas croquetas metafóricas que representan a esta última edición veraniega sean del mejor jamón, o de un cocido bien sabroso, o de lo que más os gusten las croquetas.
Por otro lado, esta semana estoy escribiendo un reportaje para Público sobre los Ancares del que espero meter un poco de spam pronto.
Una defensa ambivalente de la ficción (Alipori #45)
Poca gente lee.
En general.
Es cierto que leer es difícil, no lo vamos a negar aquí. Requiere de una ingesta activa (estar atento a lo que se lee) en lugar de la pasiva de la televisión.
Supongo que cuando sea posible mazarse con algún tipo de ejercicio pasivo o alguna dieta mágica, pues irán al gimnasio cuatro raros. Es la evolución humana inevitable.
Pero lo que más me choca no es el hecho de que haya pocos lectores (quizá, realmente, haya ahora más lectores que nunca, pero lo bonito es hablar sin saber, y esto es una impresión: al menos mi generación lee poco), es que la mayoría de gente con la que hablo, en particular los hombres, si leen, es casi exclusivamente libros de no-ficción.
No sabría decir si es porque la necesidad de ficción está cubierta por las series, o si es por la tiranía de la utilidad (siempre aprender, siempre buscar un conocimiento práctico), pero en cualquier caso, cada vez se lee más como aprendizaje y no como entretenimiento.
Y ahí es donde entra la frase del inicio, del crítico literario Harold Bloom.
No podemos tratar con suficiente profundidad a las personas.
Sin embargo, hay un atajo. Hay un crecimiento interno posible a través de la lectura que quizá sólo permita este formato, una especie de comunicación directa de cerebro de escritor a cerebro de lector o de alma a cerebro o lo que se quiera, pero en el fondo una comunicación de una perspectiva, de un lugar en el mundo, de pensamientos y sensaciones que otras formas de arte no pueden transmitir.
El cine y las series permiten un nivel de emoción y de belleza visual y de adrenalina al que la palabra no puede aspirar, pero hay algo especial en estar dentro de la cabeza de alguien cuando ese alguien sabe desenrollar sus pensamientos sobre el papel.
¿Qué hay que no se pueda aprender de aquí?
La iglesia está tocando un triste "Kathleen" soplado por el viento en las campanas de los barrios bajos mientras me despierto todo deprimido y pegajoso, gimiendo por otra borrachera y gimiendo sobre todo porque había arruinado mi "regreso secreto" a San Francisco emborrachándome tontamente mientras me escondía en los callejones con los vagabundos y luego marchando hacia North Beach para ver a todo el mundo, aunque Lorenz Monsanto y yo habíamos intercambiado enormes cartas en las que se esbozaba cómo entraría sigilosamente, le llamaría por teléfono usando un nombre en clave como Adam Yulch o Lalagy Pulvertaft (también escritores)...
De hecho, el propio Bloom dice que:
Hay partes de ti mismo que no conocerás del todo hasta que conozcas, lo mejor que puedas, a Don Quijote y a Sancho Panza.
Y creo que tiene toda la razón.
Pero bueno, se podría decir esto también de Walter White y Jesse Pinkman, pero de algún modo, ¿de forma distinta?
El Literapori: Libro recomendado de la semana
Hoy, precisamente, quería recomendar El Tao de Pooh, un libro de no ficción de Benjamin Hoff (aquí, versión ebook) que es una muy interesante metáfora/explicación del taoísmo a través de los personajes de Winnie the Pooh.
El taoísmo es una de esas filosofías que intenta ir más allá del dualismo lógico. La verdad detrás de la verdad. Una cosa y su contraria, al mismo tiempo.
En el pensamiento occidental no tenemos demasiadas corrientes de este estilo, ya que desde hace mucho tiempo se tomó a la lógica como el patrón oro (otro enfoque, sin más, desde luego más útil a nivel técnico), y a nivel económico/productivo no ha ido mal, pero este tipo de filosofías de lo inherente, de lo que está más allá, en el lugar o fuente de la que creo que es de donde salen las canciones y las historias buenas de verdad cuando el que las interpreta se vuelve transparente y le atraviesan, siempre me han atraído.
En fin, el osito Winnie es un buen ejemplo de vivir en el presente, conforme a lo que suceda, sin entrometer el cerebro siempre como interacción con el mundo.
Creo que a muchos no nos vendría mal.
El libro deja grandes frases y conversaciones como:
-¿Cómo lo haces, Pooh?
-¿Hacer qué? -preguntó Pooh.
-Hacer tan poco esfuerzo.
-No hago mucho -dijo.
-Pero todas tus cosas acaban por hacerse.
-Es como si se hicieran solas -dijo.
o
El problema principal con esta gran obsesión por el ahorro de tiempo es muy simple: no se puede ahorrar tiempo. Sólo se puede gastar. Pero se puede gastar de manera inteligente o estúpidamente.
o
Ya sea pesado o ligero, húmedo o seco, rápido o lento, todo tiene su propia naturaleza, y ya dentro de ella no puede ser violada sin causar dificultades. Cuando las reglas abstractas y arbitrarias son impuestas desde el exterior, la lucha es inevitable. Sólo entonces la vida se vuelve agria.
Esto último puede sonar conformista, pero creo que para nada es esa la intención. Algo sólo adquiere fuerza (incluso un cambio) cuando trabaja con cómo-son-las-cosas.
¿Es mejor coger una ola en el sentido en el que va la ola o en el contrario? Hay algo muy humano en inventar maneras para comer sandía en invierno, lo que es ingenioso y valioso, pero ¿no es mejor comerla en verano? Trabajar con las circunstancias hacia su mejor opción posible.
El Literapori veraniego: Libro recomendado de la semana
Hoy el Literapori veraniego trae un libro para el que le interese el viaje y la literatura sobre viaje: El Tao del Viajero, de Paul Theroux.
Theroux, tras varias décadas viajando y escribiendo sobre sus viajes, recopila en este libro frases sobre el viaje, y consejos sobre cómo hacerlo y dejar constancia de ello.
Lo admito, puede ser muy nicho, pero, al menos para mí, es un gusto leerlo.
Los 40 Principaliporis veraniegos: Música recomendada de la semana
Hoy, un poco de música islandesa, como corresponde a la isla, espaciosa y algo mágica y etérea.
Sigur Ros es de esos grupos que con oir dos notas se distinguen, y eso es algo mucho más complicado de lo que parece. Para el que guste, tienen un documental llamado Heima en el que tocan por toda la isla, desde escenarios enormes hasta pequeños pueblos.
¡Adiós!
¡Gracias por leer!
Recordad suscribir a todos vuestros conocidos, amigos, e incluso enemigos para que así les llegue un mail que no quieren y se pregunten qué han hecho para merecer semejante castigo, y que de repente lo empiecen a leer y les vaya gustando y se vuelvan fans y te agradezcan la recomendación y os hagáis amigos y te quedes sin enemigos, lo cual es claramente mejor.
Todo por un sub gratuito. Qué mundo este tan fácil el del siglo XXI.
Para los recién llegados o el que los quiera repasar, los antiguos Aliporis están disponibles aquí.
Podéis comprar merchandising del Alipori en el Tiendipori aquí, o invitarme a un café o hacer una donación de la cantidad que os de la gana para mantener esto en marcha aquí.
Como diría el gran poeta M.: “Un abrazo a quien quiera recibirlo. Gracias.”
¡Hasta pronto!
Seguramente intentarían buscar una solución negociada, ofreciendo parte de sus royalties por salir en tantos documentales y pelis de dibujos. Si no funciona, se metería en la madriguera y se abrazarían muy fuerte hasta que Frezzer se aburriera y pasase a otra cosa. Luego venderían la historia a un grupo indie famoso para que haga una canción de éxito y aumentar su fortuna. Los suricatos ven en cada crisis una oportunidad.
Tengo que reconocer que yo soy uno de esos que sólo lee no-ficción, bueno, realmente sí que leo ficción, pero de cosas que pueden pasar, no ciencia-ficción ni personajes con capacidades no humanas. No si existe un término exacto para para eso :-)
Pero bueno, ya de pequeño no me gustaba Bola de Dragón, ni el Señor de los anillos, ni Star Wars, ni cosas así. No entendía el concepto ni me entretenía. Si alguna vez los veía era para sentirme integrado, y porque nadie hablaba de cómo se organizan para protegerse los suricatos de los documentales de la 2 en el recreo. Mi cerebro lo rechaza sin que pueda hacer nada para evitarlo... lo sí que nunca me pierdo es el Alipori semanal ;-)