And earthquakes are to a girl's guitar, they're just another good vibration.
Red Hot Chili Peppers - Californication
Este es un número bastante importante. Especial. No por el número en sí, el 108 (que, a pesar de ser un número cualquiera, es un número semiperfecto, de Aquiles, y abundante, representa los posibles estados sensoriales que puede experimentar el ser humano según el budismo Theravada, la cantidad de campanadas que se dan en el año nuevo en Japón, y el número de goles que marcó un tal Mauro en los 50 con el Celta), sino por el contenido, eso es lo relevante.
Y, claro, lo que quiero anunciar, habrá mucha gente que ya lo sepa. Otra que no, y que le de igual. Pero para mí, y tengo ese privilegio al ser mi correo semanal con mi nombre y etc, es muy importante.
Quizá el número que más.
Y es que, como decía en el número anterior, hace ya 10 días que nos fuimos de México. Y fue difícil. Pero había un buen motivo.
Blanca está embarazada.
De una niña, por ahora muy pequeñita, que se planea que aparezca en este mundo a mediados de septiembre.
Así visto, parecen sólo palabras, pero es un terremoto.
Un terremoto positivísimo, no se me malinterprete. Estoy muy feliz. Bueno, esa es la emoción principal. Porque a ratos también estoy medio asustado, medio inconsciente. Medio contento, medio preocupado. Medio olvidándome de todo lo que vino antes, medio olvidando todo lo que vendrá después. Medio flotante, medio con peso en la espalda.
Medio medio, en general.
Un brazo de gelatina y otro de madera.
Creo que se entiende la idea.
Justo ayer se lo contábamos a unos amigos, cómo fue que Blanca se enteró, y cómo fue que me enteré yo.
Hicimos una prueba estando los dos a cuerpo presente, y salió negativo. La famosa rayita simple.
Pues nada. A seguir comiendo tacos.
Unos días después, Blanca no estaba del todo confiada, y se hizo otra prueba, mientras yo trabajaba en una oficina chiquitita que teníamos alquilada. Quizá sólo miraba instagram y fingía trabajar.
Ella apareció en la oficina, y no dijo nada. Sólo me planteó jugar a un juego. En los viajes largos, y a veces en los cortos, solemos jugar a juegos de este tipo. 20 preguntas para adivinar en qué personaje pienso. Adivinanzas. O el ahorcado.
Empecé a decir letras sin mucha ilusión. Al fin y al cabo, estaba o concentrado o fingiendo concentración, que es casi lo mismo. Blanca me insistió: pero, a ver, mira cómo vas.
Me puse en pie, y vi algo así:
_ s t _ _ _ _ b a _ a _ a d a
¡¡¡!!!
Esa fue mi reacción, más o menos.
Sabía que debía sentirme feliz, y por eso me sentía feliz, pero ahora con la distancia me doy cuenta que quizá lo racionalicé. No llegué a sentir nada de verdad, sólo el impacto. Eso llegó con el tiempo, a medida que se asentó el polvo.
Blanca oscilaba entre la felicidad y el terror, como la persona muchísimo más rápida que yo que siempre ha sido. También repetía que ya no podría comer tacos.
A seguir comiendo tacos.
Y era verdad.
Pero a cambio, creo, hemos ganado mucho. Ya lo veremos, en realidad, pero estoy seguro.
Escribo esto con las teclas pintadas de rosa. Con el brillo de la pantalla al nivel del sol. Muy contento.
¡Gracias por leer!
Causa común para que nadie coma Tacos jijij Felicidades!!!!
y lo que os queda por sentir!!! 🥰🥰