Están las cosas muy mal, estamos friendo huevos con saliva.- Chiquito de la CalzadaHoy:IntroAgromenauerSe prohíbe matar vascos en IslandiaEnlaces (Música, libros, y películas) #11Una vez más, aquí está El Alipori para amenizar la mañana del jueves (varios emojis de la flamenca bailando). Hoy escribo desde Tánger, al otro lado del estrecho.Esta semana estuve pensando en algo curioso de las profesiones creativas (ya sea escribir, como es mi caso, como tocar música, pintar, etcétera, etcétera). Por lo general, suelen llevar a un estado de cuasi-obsesión a la persona que se dedica a ellas, a una entrega absoluta.TODO POR LA OBRA. EL LEGADO.No creo que dedicarle todo el cariño y esfuerzo a ese output creativo sea nada malo, más bien lo contrario (de hecho es más una necesidad que una decisión personal), pero puede llevar a situaciones de obcecamiento, de sufrimiento incluso si uno se toma demasiado a pecho la inevitable distancia idea-realidad y lo difícil que es conseguir tener un efecto en el mundo con lo que uno haya logrado hacer.En este sentido, al menos a mí creo que me es útil, al sentir estrés o presión, recordarme que mi trabajo realmente sólo consiste en jugar con palabras. Nada más. No tiene una importancia real en sentido estricto, es algo ligero y suave, un juego sin nada que ver con la responsabilidad que pueda tener un cirujano o un conductor de autobús. Es algo que parece evidente, pero en lo que es fácil perder la perspectiva. (Al final, uno sólo ve lo que le muestran los sentidos, lo demás lo imagina, y en los sentidos que llevamos pegados al cuerpo, por estar cerca, nada parece más que lo propio).
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El Alipori - Newsletter de Alfonso Portabales…
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Están las cosas muy mal, estamos friendo huevos con saliva.- Chiquito de la CalzadaHoy:IntroAgromenauerSe prohíbe matar vascos en IslandiaEnlaces (Música, libros, y películas) #11Una vez más, aquí está El Alipori para amenizar la mañana del jueves (varios emojis de la flamenca bailando). Hoy escribo desde Tánger, al otro lado del estrecho.Esta semana estuve pensando en algo curioso de las profesiones creativas (ya sea escribir, como es mi caso, como tocar música, pintar, etcétera, etcétera). Por lo general, suelen llevar a un estado de cuasi-obsesión a la persona que se dedica a ellas, a una entrega absoluta.TODO POR LA OBRA. EL LEGADO.No creo que dedicarle todo el cariño y esfuerzo a ese output creativo sea nada malo, más bien lo contrario (de hecho es más una necesidad que una decisión personal), pero puede llevar a situaciones de obcecamiento, de sufrimiento incluso si uno se toma demasiado a pecho la inevitable distancia idea-realidad y lo difícil que es conseguir tener un efecto en el mundo con lo que uno haya logrado hacer.En este sentido, al menos a mí creo que me es útil, al sentir estrés o presión, recordarme que mi trabajo realmente sólo consiste en jugar con palabras. Nada más. No tiene una importancia real en sentido estricto, es algo ligero y suave, un juego sin nada que ver con la responsabilidad que pueda tener un cirujano o un conductor de autobús. Es algo que parece evidente, pero en lo que es fácil perder la perspectiva. (Al final, uno sólo ve lo que le muestran los sentidos, lo demás lo imagina, y en los sentidos que llevamos pegados al cuerpo, por estar cerca, nada parece más que lo propio).