La ficción salva. La realidad mata.- El impostor (2014), Javier CercasHoy:IntroducciónSon tres días, por favorBaba RobotEnlaces (Música, libros, y películas) #7Soy una persona que, por lo general, no comparte mucho de su vida (creo que sí de mis objetos). Por eso parece irónico, o a mí me hace gracia al menos, que haya elegido este formato tan particular de establecer un diario público.Incluso un diario en el sentido clásico, para uno mismo y para nadie más, se me hacía demasiado confesional, pero aquí con este enviarse unidireccional hay una especie de alivio, de "chao, ahí te va" en el que finjo que desaparece y se me hace agradable.Ser abierto, aunque suene muy manido, quizá sea la única opción de ser estable a medio-largo plazo. Si no, la realidad se chocará con mi creación de mí mismo, y... explosión.Son tres días, por favorTengo un amigo que es especialmente comprón y que, hasta hace poco tiempo, se quejaba constantemente de su trabajo. Muchas horas, poco reconocimiento, luchas internas... Lo típico. Parecía atrapado en un ciclo de trabajo y consumo, uno tratando de llenar el hueco del otro.Ver esto me dio una idea. ¿Cómo veríamos el consumo si en vez de un precio en euros, viésemos el precio en horas gastadas en acumular el coste de ese objeto?El trabajo por cuenta ajena se podría resumir en un intercambio tiempo+energía+habilidad por dinero. Este es un intercambio unidireccional, ya que el rico también muere, no hay manera de comprar tiempo.Vivimos en una sociedad dinerómana (¿cronómana?), en la que consumir es la forma básica que entendemos de interactuar. De media, semanalmente, tenemos 112 horas de vigilia de las que usamos, idealmente, 40 horas para trabajar (suelen ser más). Algo más de un tercio.Este ciclo de trabajo no satisfactorio, consumo (porque para algo trabajo) y reinicio parece algo cada día más común. Hay un hueco que nunca se llena más que a muy corto plazo. Todo esto genera, sobrevolando por encima, una sensación fuerte y común de ansiedad (uno de los principales males del primer mundo), insatisfacción, sensación de incompletitud.... (TGIF, live for the weekend, etc.)Entiendo, evidentemente, que no para todo el mundo el trabajo por cuenta ajena es una tortura, ya que hay mucha gente que lo disfruta o lo tolera, y que, en muchos casos, el trabajo no es una opción sino una imposición, pero esta es una situación hipotética y es de suponer que una amplia mayoría de la humanidad haría otra cosa si el dinero no fuese parte de la ecuación. No es esto una crítica al dinero, ni siquiera al trabajo como tal, sino a la ambición laboral y material como norte absoluto del mundo moderno. Si viésemos los productos en cuanto a tiempo, ¿consumiríamos igual? Porque realmente es lo que son. Tiempo y esfuerzo.¿Seguiría estando mal visto no querer crecer dentro de una empresa? ¿Considerar que uno ya tiene suficiente?
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El Alipori - Newsletter de Alfonso Portabales…
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La ficción salva. La realidad mata.- El impostor (2014), Javier CercasHoy:IntroducciónSon tres días, por favorBaba RobotEnlaces (Música, libros, y películas) #7Soy una persona que, por lo general, no comparte mucho de su vida (creo que sí de mis objetos). Por eso parece irónico, o a mí me hace gracia al menos, que haya elegido este formato tan particular de establecer un diario público.Incluso un diario en el sentido clásico, para uno mismo y para nadie más, se me hacía demasiado confesional, pero aquí con este enviarse unidireccional hay una especie de alivio, de "chao, ahí te va" en el que finjo que desaparece y se me hace agradable.Ser abierto, aunque suene muy manido, quizá sea la única opción de ser estable a medio-largo plazo. Si no, la realidad se chocará con mi creación de mí mismo, y... explosión.Son tres días, por favorTengo un amigo que es especialmente comprón y que, hasta hace poco tiempo, se quejaba constantemente de su trabajo. Muchas horas, poco reconocimiento, luchas internas... Lo típico. Parecía atrapado en un ciclo de trabajo y consumo, uno tratando de llenar el hueco del otro.Ver esto me dio una idea. ¿Cómo veríamos el consumo si en vez de un precio en euros, viésemos el precio en horas gastadas en acumular el coste de ese objeto?El trabajo por cuenta ajena se podría resumir en un intercambio tiempo+energía+habilidad por dinero. Este es un intercambio unidireccional, ya que el rico también muere, no hay manera de comprar tiempo.Vivimos en una sociedad dinerómana (¿cronómana?), en la que consumir es la forma básica que entendemos de interactuar. De media, semanalmente, tenemos 112 horas de vigilia de las que usamos, idealmente, 40 horas para trabajar (suelen ser más). Algo más de un tercio.Este ciclo de trabajo no satisfactorio, consumo (porque para algo trabajo) y reinicio parece algo cada día más común. Hay un hueco que nunca se llena más que a muy corto plazo. Todo esto genera, sobrevolando por encima, una sensación fuerte y común de ansiedad (uno de los principales males del primer mundo), insatisfacción, sensación de incompletitud.... (TGIF, live for the weekend, etc.)Entiendo, evidentemente, que no para todo el mundo el trabajo por cuenta ajena es una tortura, ya que hay mucha gente que lo disfruta o lo tolera, y que, en muchos casos, el trabajo no es una opción sino una imposición, pero esta es una situación hipotética y es de suponer que una amplia mayoría de la humanidad haría otra cosa si el dinero no fuese parte de la ecuación. No es esto una crítica al dinero, ni siquiera al trabajo como tal, sino a la ambición laboral y material como norte absoluto del mundo moderno. Si viésemos los productos en cuanto a tiempo, ¿consumiríamos igual? Porque realmente es lo que son. Tiempo y esfuerzo.¿Seguiría estando mal visto no querer crecer dentro de una empresa? ¿Considerar que uno ya tiene suficiente?